Cuando se tiene sobrepeso, pensar en todo lo que se necesita para perder peso parece imposible. Encontrar la energía y la motivación para hacer ejercicio, cambiar la dieta y ser constante y disciplinado casi no parece valer la pena.
Por otro lado, una falsa percepción de uno mismo puede tener todo el efecto contrario haciéndole creer a la persona que es más capaz de lo que realmente es, o llegar a sentirse superior a los demás.
Nuevo pensamiento: Me respeto y me quiero lo suficiente como para dejar ir la ira y vivir en paz. Soy capaz de disipar mi ira y canalizarla de un modo más productivo
Los factores internos también influyen significativamente en el pensamiento negativo. Estos incluyen:
Ridiculizarlo: repetirlo en voz alta con una voz graciosa o cantarlo como una canción absurda. Esto debilita su poder sobre ti.
Lo que se instala con eso es una distancia del pensamiento: yo estoy teniendo el pensamiento de tal cosa, no es soy tal cosa.
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Al reconocer estos factores personales, puedes trabajar activamente para cambiarlos y fomentar una mentalidad más saludable.
Nuestro juicio se deteriora porque estamos tomando decisiones desde una perspectiva de carencia. Nuestros pensamientos se traducen en malas elecciones, poca confianza e inercia, lo que nos impide hacer lo que necesitamos para ganar más dinero.
Autoestima baja: Sentirse insuficiente o no valorado puede llevarte a pensar que solo ocurren cosas malas.
Por ejemplo: Un niño que ha sufrido bullying en el colegio, puede llegar a creer que todas las personas a su alrededor de alguna u otra forma quieren hacerle daño.
Patrones de pensamiento aprendidos: Las creencias limitantes adquiridas durante la infancia afectan tu capacidad para ver lo positivo.
Aceptar que los pensamientos negativos son parte de la experiencia humana es clave, pero también lo es entender que puedes elegir cómo relacionarte con ellos.
A medida que reforzamos mentalmente estos pensamientos negativos pensamientos, empezamos a sentirnos viejos, a actuar como viejos y a ser percibidos como demasiado viejos por la gente que nos rodea.